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Revista Iberoamericana Ambiente & Sustentabilidad ISSN: 2697-3510 I e-ISSN: 2697-3529 I
Vol. 8, 2025 DOI: https://doi.org/10.46380/rias.v8.e489 |
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Educación, cultura y comunicación ambiental |
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Tejer comunidad, cuidar el mundo: saberes
de mujeres y sustentabilidad en la cuenca del río Actopan. Weaving community, caring for the world: women’s knowledge and sustainability in the Actopan river basin.
Tecendo comunidade, cuidando do mundo: saberes de
mulheres e sustentabilidade na bacia do rio Actopan. |
Irma Elisa
Fernández Téllez, Adriana
Rodríguez Barraza Universidad
Veracruzana, México elisafernandeztellez@gmail.com Artículo científico
Enviado: 11/04/2025 Aprobado: 26/11/2025 Publicado: 28/11/2025
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RESUMEN
La investigación cualitativa tuvo como objetivo central conocer las
creencias y las aportaciones de las mujeres a la sustentabilidad en comunidades
de la cuenca del río Actopan, Veracruz, México; de este modo, se buscó
comprender cómo, desde sus experiencias, se configuraron narrativas y prácticas
de cuidado ambiental y social. Se tomó como fundamento la teoría ecofeminista y
de los cuidados. Los resultados mostraron que, además de sus prácticas
cotidianas en el huerto, en el cuidado familiar y comunitario, y en su
participación y liderazgo en mercados agroecológicos, las mujeres poseían un
conjunto de creencias que otorgaban sentido y legitimidad a sus saberes sobre
la sustentabilidad. El estudio aportó nuevos conocimientos teóricos al vincular
el cuidado con la defensa de los bienes comunes y prácticos al evidenciar
estrategias locales de gestión ambiental y cooperación solidaria. Este análisis
permitió resaltar el papel fundamental que desempeñaron en la transmisión de
conocimientos y en la articulación de la relación mujer-sustentabilidad.
Palabras clave: cuidado, creencias
ambientales, tejido social, sustentabilidad.
ABSTRACT
The qualitative research aimed to identify the beliefs and contributions of women to sustainability in communities of the Actopan River basin, Veracruz, Mexico; in this way, it sought to understand how, based on their experiences, narratives and practices of environmental and social care were shaped. The study was grounded in ecofeminist and care theories. The results showed that, beyond their daily practices in gardening, family and community care, and their participation and leadership in agroecological markets, women held a set of beliefs that provided meaning and legitimacy to their knowledge about sustainability. The study contributed new theoretical insights by linking care with the defense of common goods and practical knowledge by evidencing local strategies of environmental management and cooperative solidarity. This analysis highlighted the fundamental role they played in the transmission of knowledge and in the articulation of the woman–sustainability relationship.
Keywords: care, environmental beliefs, social fabric, sustainability.
RESUMO
A pesquisa qualitativa teve como objetivo central conhecer as crenças e
as contribuições das mulheres para a sustentabilidade em comunidades da bacia
do rio Actopan, Veracruz, México; desse modo,
buscou-se compreender como, a partir de suas experiências, configuraram-se
narrativas e práticas de cuidado ambiental e social. A pesquisa baseou-se nas
teorias ecofeminista e do cuidado. Os resultados mostraram que, além de suas
práticas cotidianas no cultivo, no cuidado familiar e comunitário, e em sua
participação e liderança em mercados agroecológicos, as mulheres possuíam um
conjunto de crenças que conferiam sentido e legitimidade aos seus saberes sobre
sustentabilidade. O estudo gerou novos conhecimentos teóricos ao relacionar o
cuidado com a defesa dos bens comuns e práticos ao evidenciar estratégias
locais de gestão ambiental e cooperação solidária. Essa análise destacou o
papel fundamental que desempenharam na transmissão de conhecimentos e na
articulação da relação mulher-sustentabilidade.
Palavras-chave: cuidado, crenças
ambientais, tecido social, sustentabilidade.
INTRODUCCIÓN
El modelo capitalista, orientado principalmente al crecimiento económico
desmedido, ha traído graves consecuencias ambientales: sociales, económicas y
ecológicas. Este modelo ha favorecido cada vez más, la desigualdad en la
distribución de la riqueza, la producción y el consumo excesivo de bienes
naturales y patrones de vida insostenibles, lo que ha desencadenado una crisis
civilizatoria caracterizada por el cambio climático, la pérdida de
biodiversidad, la desertificación y la crisis hídrica, además de problemas
sociales como el aumento de la desigualdad, la pobreza y la violencia (Moore,
2011; Puerta, 2022; Hawkes, 2025).
En Veracruz, México, los proyectos hidroeléctricos, la explotación
petrolera y minera, junto con la violencia estructural y el crimen organizado,
han afectado gravemente a comunidades urbanas y rurales, generando mayor
inseguridad, feminicidios y desempleo (Sánchez, 2018; Casados y Moreno, 2022).
Estos fenómenos han deteriorado el tejido social y revelan la urgencia de
alternativas sustentables y justas que integren la equidad de género y los
derechos colectivos (ONU, 2024b; Oxfam Intermón, 2025).
En esta investigación resultó fundamental reconocer el papel de las mujeres
como agentes clave en la construcción de sustentabilidad. A partir de sus
prácticas comunitarias, de cuidado ambiental y de transmisión de saberes, ellas
no solo garantizaron la reproducción de la vida, sino que reconfiguraron los
vínculos entre sociedad y naturaleza. Desde el ecofeminismo,
el Buen Vivir o Sumak Kawsay
y la ética del cuidado, estos saberes aportaron perspectivas que permitieron
superar visiones meramente tecnocráticas de la sustentabilidad (Shiva, 1995;
Gudynas, 2011; Herrero, 2015; Batthyany y Arriagada,
2020; Harcourt, 2023; Acosta, 2013).
Antes de continuar, mencionar que, en los debates
contemporáneos sobre medio ambiente y sociedad, los términos sostenibilidad y
sustentabilidad se utilizan con frecuencia indistintamente por lo que conviene
distinguirlos. El primero, impulsado desde organismos internacionales, se centra
en la preservación de los recursos naturales para garantizar su disponibilidad
a las generaciones futuras, con un énfasis particular en la conservación a
largo plazo (Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo, 1987). El
segundo, que es el que nos atañe, se emplea más en América Latina, remite a una
visión integral que incorpora dimensiones ecológicas, sociales y económicas,
aludiendo a la capacidad de los sistemas para regenerarse y sostenerse en el
tiempo (Gobierno de México, 2018). En el marco de este estudio, la
sustentabilidad se convierte en una categoría clave para comprender las
aportaciones de las mujeres de la cuenca del Actopan, dado que vincula sus
prácticas de cuidado ambiental con el fortalecimiento del tejido comunitario y
la construcción del bienestar colectivo.
Ecofeminismo, cuidados y ecología política
El ecofeminismo constituye un marco crítico que articula género, poder y naturaleza, al
visibilizar cómo la limitación de autonomía de las mujeres y la explotación
ambiental responden a las mismas lógicas jerárquicas del capitalismo (Mies y
Shiva, 1993; Gaard, 2022). Esta perspectiva denuncia
que la invisibilización del trabajo de cuidado y de
los saberes locales profundiza la crisis socioambiental, al tiempo que plantea
la urgencia de revalorizar prácticas orientadas a sostener la vida (Herrero,
2015; Harcourt, 2023).
Desde esta base, la ética del cuidado ha cobrado relevancia como
categoría analítica y política. Autoras como Tronto (2013) la definen como la
responsabilidad compartida de sostener la vida en condiciones de justicia,
mientras que aportes más recientes destacan su potencial para orientar
políticas públicas sensibles al género y al medio ambiente (Rahmania,
2025; Allison, 2023). En contextos rurales, los cuidados no se restringen al
ámbito doméstico, sino que se extienden a los huertos, al manejo comunitario
del agua y a la transmisión de saberes, constituyendo una praxis de
sustentabilidad que conjuga lo social, lo ambiental y lo ético (Narayanaswamy, 2023).
En América Latina, la propuesta del Buen vivir (Sumak
Kawsay) se ha consolidado como un horizonte
alternativo al desarrollo, al plantear que la vida plena no depende de la
acumulación material, sino de la armonía entre seres humanos y naturaleza
(Gudynas, 2011; Batthyany y Arriagada, 2020). Este
enfoque es compatible con las prácticas de mujeres que, mediante la
agroecología, los huertos comunitarios y los mercados solidarios, reivindican
una economía basada en la reciprocidad, la equidad y el cuidado. A su vez,
estas acciones se vinculan con la responsabilidad social al reconocer que la
sustentabilidad no solo implica la gestión de recursos, sino también la
construcción de redes comunitarias que sostienen la vida (Cantú-Martínez, 2017;
Blecker, 2022).
Finalmente, la ecología política sitúa estas prácticas en el marco de
los conflictos socioambientales que atraviesan México y el resto de América
Latina. La degradación de los territorios, el despojo de recursos y la
violencia estructural revelan que la sustentabilidad es un problema político
además de técnico (Martínez-Alier, 2020). Frente a ello, los huertos
comunitarios y la acción colectiva de las mujeres se constituyen en prácticas
de resistencia que integran saberes tradicionales, cuidado de la vida y
autonomía ambiental, mostrando que el ecofeminismo y
la ética del cuidado no son solo enfoques teóricos, sino también herramientas
prácticas para enfrentar la crisis socioambiental contemporánea (Fernández y
Rodríguez, 2025; Narave y Rodríguez, 2025).
MATERIALES Y MÉTODOS
El estudio se desarrolló en la cuenca hidrográfica del río Actopan, situada
en la región central del estado de Veracruz, México. Este territorio se
caracteriza por su notable diversidad biocultural y por las tensiones generadas
a partir de proyectos extractivos y agrícolas que transformaron de manera
significativa su dinámica socioambiental (Pérez-Quezadas
et al., 2017). El río tiene su origen en el Cofre de Perote y recorre
extensas zonas agrícolas antes de desembocar en el Golfo de México, conformando
así un espacio estratégico para comprender las prácticas de sustentabilidad que
se llevan a cabo en las comunidades rurales de la región (Pereyra et al.,
2010).
La investigación se enmarcó en un enfoque cualitativo, considerado el más
apropiado para explorar las creencias, los significados y las experiencias de
las participantes en torno a la sustentabilidad (Quecedo y Castaño, 2002). El
objetivo central consistió en conocer las creencias y las aportaciones de las
mujeres a la sustentabilidad en las comunidades de la cuenca del río Actopan,
de modo que se comprendiera cómo, desde sus vivencias, se configuraron
narrativas y prácticas de cuidado socioambiental.
Se tomaron como fundamentos teóricos la perspectiva ecofeminista y la
teoría de los cuidados, debido a que ambas resultaron pertinentes para analizar
la relación entre mujeres, naturaleza y comunidad en contextos locales. El
enfoque ecofeminista permitió comprender cómo las desigualdades de género y las
formas de explotación ambiental respondieron a lógicas comunes de dominación,
al tiempo que visibilizó las prácticas femeninas como alternativas que
sostuvieron la vida y la biodiversidad (Mellor, 1997;
Shiva, 2005). De manera complementaria, la teoría de los cuidados aportó una
mirada ética y política que reconoció el valor de las tareas cotidianas
vinculadas con la atención al entorno, la familia y la comunidad. Estas
actividades, tradicionalmente relegadas en los análisis académicos, se
revelaron fundamentales para el sostenimiento de las esferas sociales y natural
(Tronto, 2013). Ambos marcos conceptuales posibilitaron situar las creencias y
aportaciones de las mujeres de la cuenca del Actopan como expresiones de
sustentabilidad que entrelazaron el cuidado familiar, comunitario y ambiental.
Se emplearon entrevistas semiestructuradas como técnica principal de
recolección de información, dado que ofrecieron un espacio de diálogo flexible
y profundo, que facilitó el acceso a las creencias locales y a las prácticas
cotidianas de las participantes (Corbetta, 2007). La
investigación dio inicio en el evento denominado “Convivio Chantico–Tlalli Kuali”, llevado a cabo en
un bosque comestible comunitario, el cual funcionó como punto de encuentro para
identificar a las primeras colaboradoras y construir una red de confianza con
el grupo. A partir de entrevistas piloto, se ajustó el guion de preguntas y se
amplió la convocatoria hasta reunir a las diez mujeres que conformaron la
muestra final.
Los criterios de inclusión consideraron a mujeres de entre 19 y 64 años de edad, con nacionalidad mexicana, productoras activas
en mercados agroecológicos y con experiencia en prácticas sustentables de
manejo de recursos. Se excluyeron las menores de edad, las mayores de 70 años,
las mujeres extranjeras y aquellas sin actividad productiva vinculada al
cultivo o venta de productos. Los criterios de eliminación correspondieron a la
falta de finalización de la entrevista o a la decisión de no continuar participando.
La participación fue completamente voluntaria, y se garantizó la protección
ética mediante la aplicación de consentimientos informados y la aprobación del
Comité de Ética en Investigación de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez
(Casas, 2008).
El análisis de los datos se desarrolló en dos fases complementarias. En la
primera, las entrevistas fueron transcritas de manera literal y devueltas a las
participantes con el fin de validar y enriquecer la información obtenida. En la
segunda fase, se llevó a cabo un proceso de codificación temática sustentado en
categorías de orden social, ambiental y económico que emergieron de los
relatos. La dimensión social incluyó las creencias sobre sustentabilidad,
reciclaje y mercados comunitarios; la dimensión ambiental se centró en las
prácticas de cuidado en huertos y hogares; y la dimensión económica abordó la
generación de ingresos, las redes de apoyo y la solidaridad comunitaria. Esta
sistematización permitió identificar patrones y variaciones en las experiencias
de las mujeres, vinculando sus narrativas con el marco ecofeminista y de los
cuidados que orientó el estudio.
Tabla 1. Participantes del estudio.
|
Nº |
Participante |
Edad |
Agrupación |
Localidad |
|
1 |
Emilia |
37 |
Tlali Kuali |
Col. El Moral, Xalapa |
|
2 |
Alondra |
36 |
Bosque Comestible Chantico |
Coatepec, Veracruz |
|
3 |
Diana |
28 |
Manos Mágicas |
Otilpan, San Andrés Tlalnelhuayocan |
|
4 |
Justina |
66 |
Manos Mágicas |
Otilpan, San Andrés Tlalnelhuayocan |
|
5 |
María |
62 |
Manos Mágicas |
Otilpan, San Andrés Tlalnelhuayocan |
|
6 |
Meche |
34 |
CECOMU |
Chiltoyac, Xalapa |
|
7 |
Yadira |
55 |
CECOMU |
Chiltoyac, Xalapa |
|
8 |
Laura |
49 |
CECOMU |
Chiltoyac, Xalapa |
|
9 |
Malva |
56 |
CECOMU |
Chiltoyac, Xalapa |
|
10 |
Yuli |
54 |
CECOMU |
Chiltoyac, Xalapa |
Fuente: Elaborada por las autoras.
Las participantes del estudio fueron diez mujeres integrantes de distintas
agrupaciones comunitarias relacionadas con la agroecología y el cuidado ambiental.
Sus edades oscilaron entre los 28 y los 66 años, lo cual permitió integrar
perspectivas diversas que abarcaron tanto a mujeres jóvenes como a adultas
mayores. La mayoría perteneció a la agrupación CECOMU, localizada en Chiltoyac, municipio Xalapa, mientras que otras formaron
parte de Manos Mágicas, en Otilpan, San Andrés
Tlalnelhuayocan, y de iniciativas como Tlalli Kuali y el Bosque Comestible Chantico,
situadas en Coatepec y Xalapa.
Esta diversidad de procedencias, edades y trayectorias reflejó la
pluralidad de experiencias existentes en torno al cuidado, la producción
sustentable y la participación comunitaria. Tal como señalaron Batthyany y Arriagada (2020), los cuidados se
resignificaron en lo colectivo, permitiendo vincular los saberes locales con
procesos de resistencia social. Además, estudios recientes mostraron que la
diversidad etaria en los grupos de mujeres fortaleció los procesos de
transmisión intergeneracional de conocimientos agroecológicos y de prácticas de
cuidado ambiental (Alvarado y Rodríguez, 2024).
De este modo, la caracterización sociodemográfica no solo proporcionó un
panorama general de las participantes, sino que también se constituyó en un eje
analítico para comprender la riqueza de experiencias, estrategias y formas de
organización que sostuvieron la vida comunitaria y la sustentabilidad en la
cuenca del río Actopan.
RESULTADOS
Del análisis de las entrevistas emergieron cuatro categorías principales y
un conjunto de subcategorías que sistematizaron los discursos de las
participantes en torno a la sustentabilidad, los cuidados y los conflictos
socioambientales. Estas categorías sirvieron como guía para la interpretación
de los hallazgos, permitiendo comprender cómo las mujeres de la cuenca del río
Actopan construyeron significados y prácticas que articularon la vida cotidiana
con la defensa del territorio y el cuidado de los bienes comunes.
Tabla 2. Relación de categorías
y subcategorías identificadas en el análisis.
|
Categoría |
Subcategoría |
|
1. Creencias ambientales |
1.1 Significado naturaleza 1.2 Preocupación ambiental |
|
2. Conducta proecológica |
2.1 Manejo responsable del agua |
|
3. Cuidados |
3.1 Responsabilidad social |
|
4. Problemas socioambientales |
4.1 Contaminación acuíferos |
Fuente: Elaboración propia a
partir de entrevistas (2024).
Categoría 1. Creencias ambientales
Las participantes compartieron un conjunto de creencias que otorgaron
sentido y legitimidad a sus saberes sobre la sustentabilidad. Concibieron la
naturaleza como fuente de vida, cobijo y sustento, y expresaron una relación
estrecha entre el entorno, la salud y el bienestar de la comunidad. En sus
testimonios, los árboles, el agua y la vegetación fueron descritos como
símbolos de frescura, equilibrio y protección, mientras que la contaminación
fue percibida como una forma de enfermedad que afectaba no solo a los
ecosistemas, sino también al cuerpo y la convivencia social.
Esta visión relacional coincidió con lo planteado por Cuadra et al.
(2017), quienes argumentaron que la subjetividad ambiental determina la forma
en que las personas definen su vínculo con el entorno. Las mujeres
entrevistadas asociaron la pérdida de biodiversidad con la degradación moral y
espiritual del territorio, mostrando cómo sus creencias trascendieron lo
simbólico para orientarse hacia acciones concretas de cuidado. Estas
representaciones reforzaron su identidad como guardianas del entorno y legitimaron
sus prácticas cotidianas de protección y manejo responsable de los recursos
naturales.
Categoría 2.
Conducta proecológica
Las prácticas descritas por las entrevistadas evidenciaron un repertorio amplio
de conductas proecológicas vinculadas con la
sustentabilidad doméstica y comunitaria. Entre las más frecuentes se
encontraron el manejo responsable del agua mediante la construcción de aljibes
o la reducción del uso de drenajes; la reutilización de plásticos; la
separación de residuos; la elaboración de composta y el uso de productos
biodegradables. Estas prácticas se complementaron con innovaciones locales,
como el uso de baños secos y estufas ahorradoras de leña, que disminuyeron el
consumo de recursos y mejoraron la salud en los hogares.
Las mujeres también impulsaron la diversificación de los huertos familiares
mediante la siembra de especies nativas y medicinales, con el fin de fortalecer
la soberanía alimentaria y la biodiversidad local. En concordancia con
Corral-Verdugo (2012), estas conductas trascendieron la lógica utilitaria y
reflejaron motivaciones éticas y comunitarias. Las entrevistadas comprendieron
que la sustentabilidad no se limitaba al ahorro económico, sino que implicaba
una responsabilidad colectiva hacia las generaciones futuras y el equilibrio
con la naturaleza. Asimismo, transmitieron estos valores a sus hijas, nietas y
vecinas, configurando una pedagogía ambiental desde la práctica cotidiana.
Categoría 3. Cuidados
El cuidado se manifestó como un eje articulador de la vida comunitaria y
como el principal principio organizador de las acciones colectivas. No se
restringió al ámbito doméstico, sino que abarcó la organización de comedores
colectivos, el apoyo mutuo en celebraciones locales, la venta solidaria en
mercados agroecológicos y la transmisión de saberes alimentarios y medicinales
entre generaciones. Estas prácticas visibilizaron la interdependencia social y
la capacidad de agencia de las mujeres, quienes construyeron redes de sororidad
y reciprocidad que fortalecieron el tejido social.
Las entrevistadas comprendieron el cuidado como un acto político y
comunitario. El autocuidado fue asumido como una práctica de resistencia frente
al desgaste físico y emocional derivado de la sobrecarga de tareas, mientras
que el cuidado colectivo permitió sostener la vida en contextos de precariedad.
Las mujeres crearon fuentes de ingreso solidarias basadas en la producción y
venta de alimentos agroecológicos, el intercambio de semillas y el trueque de
productos locales. En consonancia con Batthyany y Arriagada
(2020), el cuidado se consolidó como un pilar de la sustentabilidad, al
mantener tanto la reproducción de la vida como la cohesión social y el
bienestar colectivo. En este contexto, las mujeres de la cuenca del río Actopan
demostraron que cuidar de sí, de los otros y del entorno constituyó una misma
práctica vital de resistencia y de preservación del mundo común.
Categoría 4. Problemas socioambientales
Las narrativas también revelaron los conflictos ambientales que afectaron a
las comunidades de la cuenca. Las participantes recordaron con preocupación la
contaminación de los ríos, la tala de encinos y la construcción de proyectos
carreteros que modificaron los cauces de agua y deterioraron los suelos
agrícolas. En sus relatos, estas transformaciones se evocaron con nostalgia —al
comparar el estado actual de los ríos con los recuerdos de la infancia— y con
indignación ante la falta de respuesta institucional a las denuncias
comunitarias.
De acuerdo con Robbins (2012), los conflictos ambientales expresan
relaciones de poder donde el despojo y la mercantilización del territorio
profundizan desigualdades. Las mujeres percibieron que las decisiones sobre el
uso del agua y la tierra se tomaron sin considerar su participación, generando
un sentimiento de exclusión y vulnerabilidad. Sin embargo, frente a estas
problemáticas, las entrevistadas desplegaron estrategias de defensa territorial
basadas en el cuidado colectivo, la educación ambiental y la memoria histórica.
Su participación en asambleas y movimientos locales constituyó una forma de
resistencia frente a los procesos de desposesión, y su liderazgo comunitario se
convirtió en un elemento clave para sostener la organización social y preservar
los bienes comunes.
Los resultados mostraron que las mujeres de la cuenca del río Actopan
articularon creencias, prácticas y resistencias que integraron dimensiones
ambientales, sociales y económicas de la sustentabilidad. Sus convicciones
ecológicas orientaron acciones coherentes con valores de cuidado y solidaridad,
mientras que el autocuidado y el trabajo colectivo fortalecieron la cohesión
comunitaria y el bienestar compartido.
En conjunto, los hallazgos evidenciaron su papel central en la construcción
de alternativas sostenibles y en la defensa del territorio, al sostener la vida
y el tejido social mediante vínculos de reciprocidad, afecto y responsabilidad
con la naturaleza.
DISCUSIÓN
Los hallazgos revelan que las prácticas de las mujeres en la cuenca del
Actopan entretejen el cuidado de la vida con la organización comunitaria. Bajo
la perspectiva ecofeminista y de los cuidados, estas experiencias adquieren un
valor político y ético al poner en evidencia cómo las tareas históricamente
invisibilizadas sostienen no solo a las familias, sino también al entramado
social y ecológico. En este sentido, las creencias y saberes de las mujeres
constituyen una fuente de resiliencia frente a la crisis socioambiental, al
tiempo que ofrecen claves para repensar la sustentabilidad desde lo
comunitario.
De igual modo, se articulan con aportaciones recientes que destacan el
papel de las mujeres en la construcción de sociedades más justas y,
interdependientes y cooperativas. Estudios latinoamericanos han señalado cómo
los cuidados y la sustentabilidad se entrelazan en experiencias colectivas que
resignifican el trabajo comunitario y ambiental (Batthyany
y Arriagada, 2020; Casados y Moreno, 2022; Porto et al., 2022). De
manera particular, investigaciones recientes enfatizan la relevancia de
incorporar perspectivas ecofeministas y de género en los análisis de la
sustentabilidad, no solo para visibilizar la carga diferenciada de las mujeres
en el cuidado socioambiental, sino también para reconocer su liderazgo en
procesos de cambio (Johansson, 2021; Blecker, 2022;
Harcourt, 2023; Bonavitta, 2024).
Trabajos desarrollados en México y América Latina muestran que la
participación de mujeres rurales en prácticas agroecológicas constituye una
estrategia para enfrentar la crisis climática, la precarización de la vida y
las contingencias sanitarias (Alvarado y Rodríguez, 2024; Narave
y Rodríguez, 2025). Estos hallazgos dialogan directamente con las narrativas
recogidas en el rio Actopan, donde las entrevistadas expresan cómo el cuidado
de huertos, familias y comunidades constituye no solo una práctica económica,
sino también una forma de resistencia y sustentabilidad de la vida.
Asimismo, la literatura internacional ha ampliado la discusión sobre
cómo el cuidado, la ética feminista y la resiliencia social aportan claves para
comprender la interdependencia entre sustentabilidad y equidad (Allison, 2023; Narayanaswamy, 2023; Gregoratti,
2024; Wonde, 2024; Rahmania,
2025). Además, otros estudios han evidenciado la necesidad de transformar los
sistemas de cuidados a nivel global como condición para lograr sociedades más
equitativas y sustentables (ONU Mujeres, 2022; ONU, 2024b; Oxfam Intermón,
2025), así como la importancia de generar indicadores sobre la representación
de las mujeres en la investigación en sustentabilidad (Barreiro-Gen, 2022; Staffa, Riechers y Martín-López,
2022).
Desde la visión ecofeminista de Vandana Shiva (1995), la recuperación
del principio femenino constituye una alternativa para enfrentar los modelos
patriarcales y su violencia estructural de “mal desarrollo” y transformarlos en
proyectos políticos y ecológicos que legitiman la vida y la diversidad. De modo
similar, Tardón Vigil (2011) visibiliza el vínculo
entre mujer y naturaleza a través de la economía de subsistencia frente a la
lógica de mercado. Años después, Herrero (2015) subraya que el
ecofeminismo aporta claves para modificar concepciones culturales y
promover pautas de cooperación y cuidado.
La articulación entre ecofeminismo y ética del cuidado permite
comprender mejor las creencias, narrativas y prácticas de las mujeres
entrevistadas. El ecofeminismo ayuda a interpretar
cómo sus experiencias en el huerto y en los mercados agroecológicos trascienden
la producción material para convertirse en actos políticos que confrontan la
lógica del mercado y sostienen la vida comunitaria (Shiva, 1995; Herrero, 2015;
Fernández y Rodríguez, 2025). En paralelo, la ética del cuidado, planteada por
Tronto (1993) y ampliada en debates contemporáneos (Harcourt, 2023; Rahmania, 2025), ilumina la forma en que las entrevistadas
entienden el cuidado no solo como una práctica doméstica, sino como una
responsabilidad compartida que implica justicia y reconocimiento. Así, las
creencias que dan sentido y legitiman sus saberes sobre la sustentabilidad y
las prácticas relatadas no se limitan a las dimensiones social, ambiental y
económica, sino que incorporan una dimensión ética que redirige decisiones
cotidianas y colectivas. Esta perspectiva abre la posibilidad de proyectar las
voces de las mujeres hacia el diseño de políticas públicas sensibles al
cuidado, que reconozcan sus aportes a la sustentabilidad y fortalezcan el
tejido comunitario y la construcción del bienestar colectivo.
En conjunto, estas ideas muestran que las prácticas de cuidado y
sustentabilidad desarrolladas por las mujeres de la cuenca del río Actopan no
solo tienen un impacto ambiental directo, sino que también se inscriben en un
marco más amplio de justicia social y equidad de género. Al contrastar estas
experiencias con la literatura reciente, se observa que su participación en
huertos, mercados agroecológicos y redes comunitarias responde a dinámicas
globales que colocan el cuidado en el centro de la sustentabilidad (ONU, 2024a;
Fernández y Rodríguez, 2025; Oxfam Intermón, 2025). Así, se confirma que el
cuidado socioambiental ejercido por las mujeres constituye una estrategia clave
para afrontar la crisis ecológica contemporánea y construir sociedades más
cooperativas y justas.
CONCLUSIONES
La integración de la teoría ecofeminista y de los cuidados permitió
comprender que las aportaciones de las mujeres a la sustentabilidad trascienden
el plano instrumental y constituyen marcos de conocimiento situados que
cuestionan las estructuras de dominación social, económica y ambiental.
Teóricamente, este estudio aportó conocimientos al vincular la noción de
cuidado con la defensa de los bienes comunes, ofreciendo así una base para
reinterpretar la sustentabilidad como una red de interdependencias afectivas,
éticas y materiales. Este enfoque amplió la comprensión del concepto, al
situarlo más allá de los modelos tecnocráticos y al proponerlo como una forma
de sostenimiento de la vida en comunidad.
En el plano práctico, los resultados generaron evidencia empírica sobre
las formas en que las mujeres rurales articulan estrategias locales de gestión
ambiental, economía solidaria y transmisión de saberes, proponiendo modelos
comunitarios replicables. Las acciones observadas —como la diversificación de
cultivos, el manejo ecológico del agua y la reutilización de materiales—
mostraron que la sustentabilidad se concretó en prácticas relacionales que
fortalecieron la autonomía, la cohesión social y la resiliencia colectiva.
Las creencias ambientales identificadas funcionaron como sustento de
dichas prácticas, al configurar una cosmovisión en la que la vida humana se
entendió como parte de un entramado interdependiente con la naturaleza. Desde
esta mirada, la separación de residuos, la elaboración de composta o el uso de
tecnologías apropiadas no respondieron solo a motivaciones económicas, sino a
una conciencia ecológica y comunitaria, guiada por valores de justicia
ambiental. Este hallazgo teórico–práctico permitió comprender cómo la ética del
cuidado trasciende lo doméstico y se transforma en compromiso político con la
vida comunitaria, fundamento clave para diseñar políticas públicas inclusivas
que reconozcan sus aportes.
En este contexto, los espacios colectivos y los mercados agroecológicos
se identificaron como ámbitos prácticos de apoyo, sororidad y transmisión
intergeneracional de saberes. En ellos, las mujeres construyeron sentido de
pertenencia y agencia política, consolidando la sustentabilidad desde abajo
mediante redes de cooperación y confianza. Estos resultados aportaron
conocimiento práctico útil para el diseño de programas participativos de
gestión ambiental y fortalecimiento comunitario, orientados por principios de
equidad de género y justicia ecológica.
No obstante, las problemáticas de exclusión, invisibilización
y despojo que aún enfrentan demostraron la urgencia de marcos normativos y
políticas públicas que reconozcan el papel de las mujeres como sujetas de
conocimiento y transformación. Su experiencia confirmó que los procesos de
sustentabilidad más sólidos emergen de prácticas colectivas que integran
cuidado, reciprocidad y memoria territorial. En consecuencia, este estudio
contribuyó tanto a la ampliación conceptual del vínculo entre género y sustentabilidad
(aporte teórico), como a la generación de herramientas metodológicas y
comunitarias para valorar los saberes locales (aporte práctico) como formas
legítimas de producción de conocimiento.
Queremos cerrar afirmando que las mujeres, a través de sus saberes y
prácticas cotidianas, transitan entre escenarios de luces y sombras, de cuidado
y abandono, transformando la adversidad en posibilidades de regeneración
personal, comunitaria y ambiental. Su capacidad de dar continuidad a la vida en
medio de contextos adversos muestra que la sustentabilidad no se limita a la
preservación de recursos, sino que implica la afirmación de la esperanza y la
creación de mundos posibles hoy, a pesar de que pueda parecernos lo contrario.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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AGRADECIMIENTOS
A las mujeres
entrevistadas y a sus agrupaciones por el apoyo siempre.